Hace unos años ha comenzado a oirse la palabra
resiliencia que alude a la capacidad de recuperarse después de traumas o contratiempos importantes, sobre todo en la infancia. No todas las personas la poseen, ni en el mismo grado, pero es una cualidad importante para ser feliz en el futuro.
Siendo generosos en su uso yo he sabido recuperame a mi infancia en el aspecto estético. Crecí rodeada de objetos de este tipo y sin embargo, aquí estoy, viviendo en una casa con un discreto buen gusto. ¿Os ha pasado lo mismo o siempre os vienen tentaciones al pasar por el escaparate de un "chino"?
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Araña con cristalitos para poner a prueba la paciencia y la limpieza de cada familia. |
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Maravillosos ceniceros de latón, con su publicidad incluída. |
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Alfombra Dacha de largo pelo que se peinaba y se peinaba y, por supuesto, no podía pisarse. |
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Almirez con su soporte puesto en el lugar más privilegiado de la csa para que se notara nuestro origen andaluz |
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Bombillas con forma de vela, normalmente complementadas con el soporte también a juego. Incluso llevaban unos falsos chorritos derretidos. |
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Figurita (cenachero de Málaga). Al nuestro, que se exhibía en la vitrina, se le cayó la cabeza y mi madre, ni corta ni perezosa, le colocó un garbanzo y encima, su sombrero. |
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Cojín hecho con flores de ganchillo |
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Frutero con maravillosas frutas de cera que parecían de verdad. |
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Pañitos almidonados que protegían los muebles en el lugar donde se colocaban fruteros, figuritas, etc. |
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Imprescindible. |
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El Niño Jesús, para bendecir la casa. Siempre era mejor, más dulce, que el crucifijo. Tuvimos suerte. |
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El tresillo. Sus cojines de escay, sus flequitos hasta el suelo. Entrañable. |
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La maravillosa vitrina donde lucían el cenachero, la gitanilla, las tazas... |
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Uno de los útiles??? objetos que te regalaban en la comunión y que servía, fundamentalmente, para ampliar el catálogo de la vitrina |
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Barrilito para catar la manzanilla. |
Y los podíamos completar con las majestuosas mesas para la televisión con su repisita para el transformador y las revistas, la Catalítica, el transistor y las colchas de piqué, entre otros.
ResponderEliminar¡Qué tiempos compartidos!
¡Que capacidad de resiliencia para esto y para todo lo que la vida nos va trayendo!
Bsts
Sí, esto es una selección. Lástima no haber encontrado fotos en google de objetos que yo tengo en mi cabeza y que eran portentosos (un caballo hecho con plástico y tachuelas, por ejemplo, que me marcó para siempre). Google me ha defraudado.
EliminarAlgunos de esos objetos eran regalos, con lo cual, no había manera de deshacerse de ellos. Recuerdo especialmente uno de esos barrilitos, que, en nuestro caso, era de vidrio, con unos "bonitos" dibujos y con unos vasos para chupito colgados no sé cómo en los laterales. ¡Quedaba "precioso" metido en el armario bar junto a vasos y botellas!
ResponderEliminarMe ha encantado tu blog. Me quedo por aquí.
Besos
El mueble bar era en mi casa un espectáculo maravilloso: sus copitas panzudas naranjas, su espejo que multiplicaba las cuatro botellas (Anis del Mono, Marie Brizard, Soberano...)... Una preciosidad. Tenía hasta luz.
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