domingo, 26 de agosto de 2012

Navegando contra el viento

Vivimos tiempos de crisis. El paro asola el país y el horizonte está muy, muy negro.
Los que no entendemos de economía llevamos un tiempo instalados en conversaciones absurdas: primas apocalípticas, rescates sospechosamente parecidos a secuestros, índices que se disparan como mísiles, explicaciones surrealistas...

En esta tesitura vale la pena recordar que de tiempos duros se salió no hace mucho. Que las circunstancias globales no son las mismas, que veníamos de la nada y todo podía ser remontar... cierto. Pero vamos a recordar una historia positiva y a esperar que el temporal amaine.

Un pequeño pueblo, años 60. Jóvenes sin más futuro que la tierra, mal pagada. La emigración es la salida, pero no para todos. En ninguna parte se atan los perros con longaniza y muchas jóvenes deciden quedarse sacrificando el futuro por la seguridad.
Al final de la década, ante la situación cada vez más difícil, el cura del pueblo decide iniciar una cooperativa textil que aproveche el potencial que en aquella época tenían las mujeres: casi todas sabían cortar y coser. Así inicia la andadura una cooperativa que dio vida a aquellos que se quedaron y que trajo a la comunidad dinero y posibilidades de crecimiento.

Todavía sigue en funcionamiento y adaptándose a los tiempos.

(Imagen: fotografía de los años 60 publicada en el libro "Memoria sin sombra" de José Terrón Arjona, 2012)

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